China desata un megafondo de 70.000 millones de dólares para chips: la apuesta definitiva para romper su dependencia tecnológica

El gigante asiático carga sus cañones financieros. No es un ajuste, es una declaración de guerra industrial. Un paquete de incentivos masivo, valorado en setenta mil millones de dólares, se prepara para catapultar su sector de semiconductores. El objetivo es claro: reescribir las reglas de la cadena de suministro global.
La estrategia: Autosuficiencia a cualquier costo
Olvídate de los titulares sobre disputas comerciales. Esto va más allá. Se trata de una reingeniería estructural de la economía más importante del mundo. La dependencia de exportaciones de alta tecnología se ha convertido en el talón de Aquiles geopolítico. La respuesta no es negociar, es construir. Fábricas, líneas de producción, centros de I+D. Todo financiado con un capital que haría sonrojar a los fondos de riesgo de Silicon Valley.
El impacto: Un terremoto en los mercados
Mientras los analistas tradicionales discuten sobre tasas de interés, se está gestando una tormenta perfecta en el sector real. Este nivel de gasto público no solo subsidia empresas; distorsiona el mercado global. Atrae talento, secuestra cadenas de suministro y redefine lo que es 'competitivo'. Para los puristas del libre mercado, es una herejía. Para Pekín, es solo otra partida en el libro mayor.
El cierre: Un nuevo juego con reglas distintas
El mensaje está grabado a fuego. La era de la interdependencia tecnológica voluntaria ha terminado. Lo que viene es una carrera de fondos soberanos, donde la paciencia y la profundidad de los bolsillos estatales superan los ciclos trimestrales de Wall Street. Una jugada maestra de geoestrategia, o el desperdicio de setenta mil millones en un campo donde el dinero no puede comprar innovación de la noche a la mañana. Solo el tiempo, y los balances de las próximas décadas, darán el veredicto final.
Pekín planea subsidios fuera de los fondos de chips existentes
En el extremo superior, la propuesta se convertiría en el mayor programa de incentivos para semiconductores con respaldo estatal jamás planificado. Esto surge en un momento en que los gobiernos de Europa y Oriente Medio presionan para asegurar el suministro local de chips para sistemas de inteligencia artificial y usos de seguridad nacional.
El paquete chino funcionaría independientemente de las herramientas de financiación existentes, incluido el Big Fund III, de aproximadamente 50.000 millones de dólares, que se centra en inversiones de capital.
El momento es delicado. China está invirtiendo capital en el mayor mercado de semiconductores del mundo durante un período geopolítico tenso.
Eldent Xi Jinping se ha comprometido a desarrollar la capacidad de producción de chips con un enfoque nacional, solicitando la movilización conjunta de recursos del gobierno, la industria y las finanzas. Xi ha vinculado este impulso a los reiterados controles a las exportaciones impuestos por Estados Unidos durante tres administraciones, comenzando con el primer mandato de Donald Trump.
trac de China , continúa expandiendo su producción como principal socio de fabricación de Huawei, a pesar de carecer de las herramientas avanzadas necesarias para los chips más vanguardistas. Al mismo tiempo, Moore Threads Technology Co. , empresa que diseña aceleradores de IA, ha visto sus acciones subir más del 600% desde su salida a bolsa en Shanghái.
Según informes, a las empresas a evitar el H20 de Nvidia, un chip de rendimiento reducido diseñado para cumplir con las normas de exportación de EE. UU. Los ejecutivos de Nvidia han afirmado que la participación de la compañía en el mercado chino de chips de IA se ha reducido a cero.
Pekín no ha aprobado públicamente las importaciones de H200 de Nvidia, a pesar del reciente cambio de política en Washington.
La reunión económica establece un tono político más amplio
Más allá de los chips, China ha señalado que mantendrá el apoyo económico, evitando una expansión importante de los estímulos el próximo año. Un informe oficial publicado el jueves tras la Conferencia Central de Trabajo Económico indicó que las autoridades utilizarán de forma flexible y eficiente los recortes de las tasas de interés y las reducciones del encaje legal para mantener una liquidez suficiente. El mismo documento indicó que las autoridades mantendrán un nivel "necesario" de defipresupuestario y gasto público en 2026.
La reunión, a la que asistieron altos líderes, incluido Xi Jinping, estableció las prioridades para el próximo año. Los funcionarios afirmaron que su objetivo es frenar la fuerte caída de la inversión, estabilizar el mercado inmobiliario y abordar la caída de la natalidad.
El tono reflejó confianza después de que China superó su conflicto comercial con Estados Unidos con la ayuda detronexportaciones a otras regiones, lo que permitió a los líderes mantener un modelo de crecimiento impulsado por la manufactura y al mismo tiempo impulsar el consumo.
Las acciones inmobiliarias chinas subieron, con un indicador de Bloomberg que llegó a subir un 1,9%. Las acciones de China Vanke Co. subieron un 5,7% en Hong Kong, mientras que las de KWG Group Holdings y Sunac China Holdings subieron un 5,3%.
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